Este domingo 18 de marzo, el Movimiento por las Tablas ha cosechado su primer éxito tras unos titubeantes primeros pasos. La poca afluencia de gente a la primera concentración fue algo decepcionante. Sin embargo, sirvió para que coincidiesen una serie de personas que, lejos de desanimarse, se han organizado para continuar con las concentraciones ciudadanas.
En esta ocasión se preparó la concentración en una reunión previa, realizada el día 14, para intentar subsanar diversos errores que, a mi modo de ver, se habían cometido la vez anterior. En primer lugar, mucha gente había admitido desconocer la existencia de este Movimiento por las Tablas y de la concentración que tuvo lugar el día 4 de marzo. El llamamiento ciudadano se había realizado espontáneamente a través de internet, y se extendió mediante el correo electrónico. Ahora, sin embargo, se dejaron con antelación carteles en diversos puntos de la localidad, se emitió un anuncio en el teletexto de Teledaimiel, y se continuó con la convocatoria electrónica.
En segundo lugar, la concentración se había convocado de manera anónima, a través del blog movimientoporlastablas.blogspot.com, donde nadie firmaba. Esa situación creó cierta desconfianza en unos ciudadanos que, aunque comparten sus fines, están cansados de ser manipulados. Los nuevos convocantes, sin embargo, han puesto sus nombres y apellidos a disposición de esta iniciativa ciudadana, pero reiterando siempre que lo hacen a título individual e independientes de cualquier poder o colectivo. De este modo pretenden eliminar el recelo ante un movimiento anónimo y sin cabeza visible. Además, se ha habilitado un nuevo blog, movimientoporlastablasdedaimiel.blogspot.com, heredero del primero, donde se puede contactar con los integrantes más activos.
Por último, en la reunión previa se decidió realizar la concentración a una hora que propiciase una mayor afluencia de público y esta vez frente al Olivo Milenario, ya que se pensó que de realizarse frente al Ayuntamiento podía llevar a una interpretación equivocada de su único mensaje: “Soluciones para Las Tablas”.
Todo este trabajo ha dado como resultado una concentración que puedo decir con sinceridad que ha tenido un notable éxito. Fueron más de 150 ciudadanos los que se reunieron frente al Olivo Milenario, en la Plaza de España, ciudadanos que manifestaron así su preocupación por la deplorable situación que atraviesa el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y demandaban soluciones efectivas para solucionarla.
Sin embargo, cuando Azucena y yo llegamos a la una menos diez, con el cartel que habíamos preparado, todo parecía presagiar lo contrario. Allí no se veía a nadie, y ya nos temíamos encontrarnos con menos gente que en la concentración anterior. Allí estábamos, los dos solos, delante del olivo, con un gran cartel y con cara de circunstancia, intentando localizar al resto de convocantes. Poco a poco los demás fueron apareciendo con la misma cara que nosotros. Resulta que algunos despistados estaban aguardado frente al Ayuntamiento. Otros se habían retrasado. Pero no parecía acudir más gente que la que nos encontramos en la otra ocasión.
Poco a poco, empero, la situación fue cambiando. El cartel que llevábamos llamaba la atención y muchos curiosos se acercaban a preguntar y eran informados del acto. También comenzó a congregarse bastante gente alrededor de nosotros que sí conocía la convocatoria y que comenzó a firmar en la lista de adhesión al movimiento que habían llevado los organizadores. Por último, pudimos constatar la presencia de las cámaras de Teledaimiel y Televisión Española. En esta ocasión sí habían acudido los medios.
Azucena había sido elegida simplemente para leer la declaración de intenciones del Movimiento por las Tablas. Pero como debía hacer tiempo porque Rafael y Darío estaban siendo entrevistados ante las cámaras, empezó a improvisar unas palabras. Llevamos tres años juntos y hasta hoy todavía no la había escuchado hablar en público. Fue un verdadero placer conocer su faceta de oradora. Sabía de sus capacidades y de sus logros anteriores, pero al escucharla hablar allí, delante de todos, con esa naturalidad, con una voz potente y firme, improvisando todo el discurso, pude constatarlo en persona. Y al igual que yo, quedaron deslumbrados los demás oyentes ante esa mexicana que defendía un Parque Nacional tan lejos de su tierra.
Leyó después Azul la declaración de intenciones y, cuando terminó, cayó una lluvia de sinceros aplausos. Se había ganado a todos los presentes. Y yo estaba allí, frente a ella, henchido de orgullo.
Acabado el acto, se aprovechó para invitar a la concurrencia a futuras concentraciones. Ahora sólo falta esperar a ver si realmente el acto ha tenido suficiente difusión mediática, y si las autoridades competentes se comienzan a dar por aludidas. Pero en principio son más de 90 personas que se adhirieron formalmente a la declaración de intenciones.
Javier González-Gallego
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario